La tregua gira en torno a Martín, un hombre a punto de cumplir 50 años y jubilarse. La esposa ha muerto hace unos años y desde entonces su vida solo ha sido su trabajo. Martín se empieza a sentir atraído por Laura, una chica de 24 años que entra a trabajar en su empresa. Entonces, en esa espera del fin laboral y resurgimiento sentimental, es que se ve envuelto por una realidad que lo coloca en el filo de las normas. ¿Qué normas?

MB, con su obra, crea una unión amical a través de lo que podría llamar “cosmos literario” o “dimensión literaria”, que se ve reflejada en esa sensación que le deja a uno la obra: que mientras uno la va leyendo, él, más allá, en otro país, mundo o página, te está escuchando hablar de lo que dirías solo a alguien como él, solo a alguien como un amigo.
Algunas cosas:
"¿Por qué las palmas de mis manos tienen una memoria más fiel que mi memoria?"
"Ahora no me importaba mayormente que en esta o aquella figura no pudiera reconocer ni un solo detalle que me la recordara. Yo igual la “veía”. Una especie de juego mágico (o idiota, todo depende del ángulo desde el que se mire). Sólo cuando la mujer se encontraba a poco pasos, yo efectuaba un brusco retroceso mental y dejaba de verla, sustituía la imagen deseada por la indeseable realidad."
"Pero nadie va a negarme que cuando pensamos en esa palabra Vida, cuando decimos, por ejemplo, “que nos aferramos a la vida”, la estamos asimilando a otra palabra más concreta, más atractiva, más seguramente importante: la estamos asimilando al Placer."
"Los casos de conciencia tienen también su lado tierno."
"Nada más que una muchacha trepada sobre el sofá, con las piernas arrolladas, y la punta de la nariz colorada de frío."
"Mi cerebro tiene algunas necesidades propias del corazón, y mi corazón algunas exquisiteces propias del cerebro."