domingo, 18 de septiembre de 2011

El poder según la Camorra


Algunas cosas:

"Sistema: (...) una referencia desconocida para quien no está al corriente de las dinámicas del poder de la economía criminal".

La Camorra y Nápoles:

"El puerto de Nápoles es el agujero del mapamundi por donde sale lo que se produce en China. (...) Las mercancías tienen una extraña magia, consiguen estar sin que estén, llegar aunque no lleguen nunca, ser caras para el cliente aun siendo de mala calidad. (...) La gramática de las mercancías tiene una sintaxis para los documentos y otra para el comercio".

"Un imperio no se escinde dando un apretón de manos, sino cortándola con una cuchilla".

"En el sistema de la Camorra, el homicidio resulta necesario; es como un ingreso bancario, como la adquisición de una concesión, como interrumpir una amistad".

"No son los camorristas los que persiguen los negocios, son los negocios los que persiguen a los camorristas. La lógica del empresariado criminal, el pensamiento de los boss, coincide con el neoliberalismo más radical".

"Muchos cronistas creen encontrar en Scondigliano el gueto de Europa, la miseria absoluta. Si consiguieran no escapar, se darían cuenta de que tienen delante los pilares de la economía, el filón oculto, las tinieblas donde encuentra energía el corazón palpitante del mercado".

Enseñanzas (no educativas) de la Camorra:

"Creemos estúpidamente que, por alguna razón, un acto criminal debe ser más premeditado y deliberado que un acto inocuo. En realidad, no hay diferencia. Los actos poseen un elasticidad de la que los juicios éticos carecen".

"Frente a la guerra, al peligro de la derrota, aliados y enemigos son papeles intercambiables. Más que individuos, son elementos en los que probar la propia fuerza y objetivarla. Solo después se crearán alrededor de las partes los aliados y los enemigos. Pero antes es preciso empezar a disparar".

"En las dinámicas del poder, del poder total, no existe nada que vaya más allá de lo concreto. Así que huir, quedarse, escapar, denunciar se vuelven elecciones demasiado postergadas, inciertas, todo consejo encuentra siempre un argumento contrario, y únicamente algún acontecimiento concreto puede hacer tomar una decisión. Pero cuando sucede, la decisión solo se puede sufrir".

"El auténtico bien es cuando eliges hacerlo porque también puedes hacer el mal".

Luchar, entender, conocer estas cosas:

"En la inútil batalla en la que estás seguro de desempeñar el papel del derrotado, hay algo que debes preservar y saber. Debes estar seguro de que se reforzará gracias al derroche de tu compromiso, que tiene el sabor de la locura y de la obsesión".

"...la voluntad de situar la palabra en el centro de la lucha contra los mecanismos del poder. Palabras frente a las hormigoneras y los fusiles. Y no de una manera metafórica, sino real. Allí, para denunciar, para testimoniar, para ser. La palabra con su única armadura: pronunciarse. Una palabra que es centinela, testimonio: verdadera a condición de no dejar de señalar. Una palabra orientada en ese sentido solo puede eliminarse matando".

"Conocer ya no es indicio de compromiso moral. Saber, entender, se convierte en una necesidad. La única posible para considerarse aún hombres dignos de respirar".

domingo, 11 de septiembre de 2011

"Vi los aviones estrellándose contra las torres..."


"Vi los aviones estrellándose contra las torres, vi las torres en llamas, vi a los hombres y mujeres cayendo desde las torres y vi las torres caer alguna vez vi ese trasatlántico hundirse, a esos hombres arrastrándose por las trincheras, a esa familia rusa fusilada contra una pared soviética, a esa actriz rubia muriendo con un teléfono en la mano, a esos terremotos derribando iglesias llenas, a alguien diciendo por vez primera 'To be or not to be...', a todos esos hombres marchando de rodillas frente a un hombre que se decía representante de Dios en la Tierra, a esas cabezas cortadas por la guillotina, a esa gente cantando 'All You Need Is Love', a ese transbordador espacial explotando en los cielos.

Vi los aviones estrellándose contra las torres, vi las torres en llamas, vi a los hombres y mujeres cayendo desde las torres y vi las torres caer y me hizo sentir tan triste el que, dentro muy poco, ya no vería tantas cosas maravillosas". (Rodrigo Fresán - El Fondo del Cielo)

El #11sep según @jvolpi

Jorge Volpi (@jvolpi) sobre el 11 de septiembre en EEUU:

1. En París, un periodista me dijo que un avión había golpeado el WTC. Vi el segundo avión con la inocencia de quien vio caer Constantinopla

2. Roma, Constantinopla, la Bastilla, el Muro de Berlín, la URSS. ¿Por qué nos obsesionan las caídas? Y ya vaticinamos la próxima...

3. La caída de las Torres: la siniestra coreografía del caos

4. Desde que los aviones comerciales son armas, a los pasajeros nos tratan como municiones

6. Igual que Roma, EU agotó su poder en la estéril conquista de Mesopotamia

7. El primer avión, una sorpresa; el segundo, la perversión de la inteligencia; la caída de las torres, la seducción del vacío

10. La “guerra contra el terror” causó más terror que el 11-S mismo: los peligros de la retórica

14. 10 años después: Occidente en quiebra, Medio Oriente en reconstrucción, EU agotado, América Latina olvidada, China triunfante

15. El hombre que cae: el resto es silencio

Los tuits están señalados con la numeración dada por él. El resto o encuentran en su cuenta. Son 15 en total.

viernes, 26 de agosto de 2011

Carlos Cay por entregas en EL País

Ahora me topé con ese tipo de formato de historias que es difícil encontrar hoy en día: historias por entregas. Cortas, sencillas, sinceras. Este mes El País viene publicando Mi Verdadera Historia de Carlos Cay, un autor que en realidad nadie sabe nada de él más que su seudónimo (marketing, sí, me imagino). Antes ya había escrito para el mismo diario Me Cago en mis Viejos que aún no he leido pero que promete. Un pedazo: "Qué vacile cagarme en mis viejos así, por escrito, públicamente, en un periódico (en un periódico de gran tirada, que diría el viejo), cagarme en ellos desde el mismo diario que leen, llevo viéndoles leer este puto periódico desde que comencé a andar".

Ahora las historia que trae Cay no es tanto para cagar a los viejos, sino para recordar la infancia, esos años en que la distancia entre uno y ellos parecía mayor por más que siempre sea la misma. Y ahí entran los primeros libros que uno no entiende, las primeras mujeres que uno entiende, las primeras circunstancias de la vida que uno no entiende, las ganas jodidas de vivir y morir que uno no entiende. Como reseña El País: "Un Carlos Cay que en esta cuarta entrega conserva más bien poco de aquel ni-ni desencantado con el mundo y que anda un poco más preocupado en entenderlo".

Hace tiempo no leía una primera oración, sencilla, que te explicara de manera tan precisa de qué va una historia: "Yo escribo porque mi padre leía".

lunes, 15 de agosto de 2011

Marx acorde con el objeto de su voluntad

A propósito del nuevo libro que no he leído aun de Eric Hobsbawm, Cómo cambiar el mundo, desempolvo o desarchivo una reseña sobre Humanismo Socialista de Erich Fromm que escribí para un curso de filosofía de la universidad.

En su nuevo libro Hobsbawm "despeja las malas interpretaciones, archiva los preceptos que envejecieron y despliega las herramientas que ofrece el autor de El Capital para entender el mundo en el siglo XXI y hacerlo un lugar mejor". "Ha llegado la hora de tomarse en serio a Marx", escribe. (Fernando Bogado escribe largo sobre el libro en Página12: Al fondo a la izquierda)

Ya en los sesentas la Escuela de la praxis buscó revalorizar los preceptos éticos de Marx que hallaban sobre todo en sus divagaciones de los Manuscritos de París. En esos manuscritos leí una frase que desde esa vez uso siempre para empezar a hablar de Marx: "Todas y cada una de tus relaciones con el hombre -y con la naturaleza- tienen que ser una expresión precisa de tu vida real, individual acorde con el objeto de tu voluntad". Cojudo por una frase tan distante al imaginario que hasta entonces tenía de él seguí algunos rastros y llegué a Humanismo Socialista. Una recopilación de artículos de la Escuela de la praxis hecha por Erich Fromm. Me costó un par de tardes encontrar un ejemplar en Quilca. No lo solté y no lo he soltado. La reseña:

Erich Fromm y otros: “Sobre el hombre” En: Humanismo Socialista.
Buenos Aires: Editorial Paidós, 1966, 499 pp.

Humanismo Socialista (1966) es una recopilación de artículos que difundió las ideas de La Escuela de la Praxis de Yugoslavia en los años sesentas. En él se pueden encontrar textos de seis de los miembros de la escuela (Marković, Petrović, Danilo Pejović, Veljko Korać, Rudi Supek y Predrag Vranicki) como de otros marxistas y/o humanistas. Los temas tratados fueron escogidos libremente con la intención de ver cuáles eran los temas más centrales del Humanismo Socialista y ver, en el caso que haya temas que se repitan, las diferentes posturas e interpretaciones frente a estos. Está dividido en cinco partes: Sobre el humanismo, Sobre el hombre, Sobre la libertad, Sobre la alienación y Sobre la práctica. Este texto se centrará en sintetizar las ideas del capítulo segundo (Sobre el hombre) que cuenta con nueve artículos, de los cuales se tocarán siete.

Como señala Erich Fromm en la introducción del libro, revitalizar las ideas del Humanismo Socialista buscaría rescatar la idea de que no puede haber una separación entre la teoría y la práctica del marxismo como teoría ética ante la vida, para de tal modo convertir “el desarrollo pleno del individuo en la condición plena para el desarrollo pleno de la sociedad, y viceversa”. Es decir, la liberación del hombre para y con los hombres, marcar “la conclusión de la época de la pre-historia e inaugurar la época de la historia humana”.

1. El Marxismo y la filosofía del hombre (Adam Schaff)

Schaff se centra en las preguntas: ¿de qué es producto el hombre como individuo y como tal cuál su función? El hombre no es el resultado de fuerzas sobre humanas, él lo sitúa en la “concepción autónoma” en la cual se recalca el papel de humanismo. Pero cuando se refiere a “individuo” se refiere al individuo en sociedad. Un individuo entendido sobre un “humanismo radical” de “individuos sociales” donde los mismos son el productor de su propia historia, idea que Marx siempre palpitó en sus teorías. No un concepto económico que pierde la perspectiva del hombre.

Aclara que un individuo social es el individuo “plasmado” por la sociedad física y espiritualmente, no sólo uno en contacto con otros. Por lo tanto es un ser “dialécticamente integrado en la sociedad” afirma. Con ello lo que se lograría es que la esencia del hombre sea la esencia de la sociedad y la sociedad la esencia del hombre. Esta es la “forma social”, dice Schaff, de “materializar los fines individuales”.

Sin embargo, recuerda, el hombre está vinculado a una “coexistencia política” que cada vez se basa más en la destrucción bélica que puede no ser otra cosa más que el inicio de una destrucción global. Ante ello propone –recogiendo la idea de la “crítica a todo lo existente” de Marx- que el hombre tiene que ser un elemento de “lucha ideológica” por “vía de los argumentos justos” contra el sistema opuesto al hombre y proponiendo un propio sistema de valores.

2. El Marxismo y los problemas existenciales (Milan Prúcha)

Para Prúcha más importante para comprender “cómo vive el hombre en el mundo” es el plano filosófico que hay detrás del marxismo. Interpretar al hombre de Marx encerrado en la historia es una “simplificación” de sus ideas, señala. Marx, dice, sí conceptualizó al hombre en su carácter “total”. Hegel y Heidegger antes, no. Para Prúcha el hombre es “un producto parcial de la evolución de la materia” aparecido en “un lugar determinado, en determinadas circunstancias favorables”. Por ende tiene una necesidad de redefinición.

Para su análisis se centra en el concepto de alienación que Marx definió como “la oposición dentro del pensamiento mismo”. Esa alienación no puede ser ni total ni nula porque es la “actividad transformadora” la necesidad primera del hombre dentro de la realidad. Es acá donde se centra en dos conceptos claves: la subjetividad y objetividad en el hombre. Las teorías anteriores a Marx no habrían hecho más que desligar a éste de cualquier subjetividad. El poder del hombre debería radicar en sus “poderes objetivos”. Prúcha escribe:

“El ser que no tiene su propia naturalidad fuera de sí no es natural porque no es parte de la esencia de la naturaleza. El ser objetivo tiene objetos fuera de sí mismo y es un objeto; se comporta objetivamente y su ser es en consecuencia un ser objetivo”.

Es lo que define luego como un ser natural “interesado en el mundo”. Así, recién, el hombre es capaz de crear la realidad social y como tal se independiza de la naturaleza y se hace social. Es el gran problema entre la existencia y esencia humana y la solución sería la recuperación de su objetividad. Como señala Karel Kosík en otro de los artículos titulado El hombre y la filosofía, que plantea las mismas ideas de manera más general (por ende no se sintetizará dicho texto): “La realidad humana es ese punto en el cual la verdad no sólo es revelada (percibida), sino también realizada”.

3. El ideal del hombre según Marx (Marek Fritzhand)

El hombre realizado, para Fritzhand, es aquel en el que “sus talentos nunca descansan y sus aptitudes nunca se desaprovechan”. Esa realización sólo podrá darse cuando la sociedad entienda que el hombre es el “valor humano supremo”, el “fin en sí mismo”. El hombre debería ser o sería, bajo los ideales de Marx, “total”, “personal” y “auto activo”, pero en realidad se encuentra fraccionado, fragmentado y funcionalizado.

Por “total” hace referencia a un hombre que posea al mundo a través de su participación, creación y disfrute del mismo. Por ende no puede haber una “división coactiva del trabajo”, la actividad del hombre debe ser de carácter tanto mental como física, ambos relacionados estrechamente. El adjetivo “personal” se refiere a un hombre ubicado en un contexto donde se puede sentir “él mismo”, “cómodo”, que puede tener una armonía entre su carácter y su individualidad; que no sea un “hombre accidental”. Y por “auto activo” se refiere a la libertad, ya que la actividad libre, así, sería una manifestación de uno mismo.

Señala que hoy “toda forma de moral se ha alienado así misma”. De ahí la necesidad de una “moral con sentido humano”, lo que es finalmente el trasfondo de las teorías de Marx.

4. Marx y la idea de la universalidad del hombre (Brosnislaw Baczko)

Baczko nos presenta primero un recorrido por el proceso histórico del concepto de la universalidad del hombre, donde finalmente dicho concepto pone en crisis el valor del hombre. Esta crisis se da cuando se relaciona a la realidad únicamente con la vida cotidiana, porque pensar sólo en la vida cotidiana nos hace olvidar el tiempo existencial, histórico del hombre. Es decir, se reduce las posibilidades totales a las posibilidades del mundo de hoy.

Tras esto analiza el concepto desde el “status ontológico”, el “aspecto biológico” y la “historia”. En el primero nos recuerda aquello que la actividad del hombre debe ser un reflejo de su esencia misma. Bajo la segunda idea, explica cómo el hombre le da una “estructura significante” al mundo aplicándole “su escala de valores específicos”, o sea su subjetividad. Y, después, señala que la historia “no es más que la actividad del hombre que aspira a lograr sus fines”. Por lo tanto esta debería actuar y se debería tener en cuenta como una “estructura lógica” para impedir el “albedrío humano”.

Por ello, concluye, la universalidad del hombre debería ser la del “fenómeno concreto” de la individualización, plenitud, de este. En “sentido histórico”, refiere, la universalización es la posibilidad del control del destino y en “sentido individual” la multiplicación de posibilidades.

5. Acerca del poder y la impotencia de la filosofía (Danilo Pejovic)

En este artículo Pejovic hace un descripción del proceso de deformación de las ideas de la “realización filosófica” que él analiza bajo los conceptos de “la filosofía y la revolución” en Marx. Señala que esa “filosofía” hace referencia a caracteres ideológicos y éticos, mientras que la idea de “revolución” se mal interpretó bajo una idea puramente científica.

Las “digresiones románticas” de los escritos de Marx, señala, buscarían rescatar la idea griega de la filosofía como “guía hacia la liberación del hombre” que en Marx sería la revolución entendida como “realización filosófica”. La deformación para Pejovic se habría dado, en buena medida, por una lectura hegeliana de los Manuscritos y El Capital, una lectura enfocada desde la filosofía moderna que transformó todo en un “Marx tecnólogo” dejando de lado la “función prometeica”.

Las metas del socialismo, entonces, serían la de “revolucionar las relaciones humanas y en transformar al hombre mismo y no en promover sólo fuerzas productivas” como hizo Stalin, a quien lo hace responsable principal de la esta deformación. Señala que hay que “definir a la filosofía como la impotencia creadora para determinar el sentido pleno del movimiento que se revela parcialmente en diversas eras de la historia”.

6. Reflexiones sobre utopía y revolución (Maximiliem Rubel)

Este artículo desarrolla los conceptos “jacobino” y “comunalista” sobre la definición de Robert Owen que señala que “el socialismo es cooperación”.

La idea jacobina hace referencia a una revolución que se da dirigida por una “aristocracia política” que, creyéndose poseedora de una “sabiduría dialéctica”, utiliza al “pueblo” como “fuerza de choque principal en el campo de batalla”. De esta forma el socialismo se convierte en una “ciencia socialista”. La idea comunalista, por otro lado, se basa en pequeños grupos de personas que no dependen de dirigentes y en los que es la “conciencia socialista que emana del deseo de los trabajores” la que da fuerza a una “autoemancipación”. Rubel le llama a esto la “ética de conducta revolucionaria” que iguala la necesidad histórica con una necesidad ética.

Dicho eso, concluye que la idea de revolución bajo el conecto jacobino lleva a la abolición, mientras que el carácter utópico del concepto comunalista promueve la creación.

7. La aplicación del psicoanálisis humanista a la teoría de de Marx (Erich Fromm)

Erich Fromm cierra esta parte del libro acerca del hombre con uno de los artículos más sobresalientes. Aplica la psicología social, las teorías de la conciencia y el inconsciente, a la realidad social. Con ellos define que el “carácter social es la estructura psíquica de una sociedad para ser útil”. A partir de esta idea presenta siete razones por las cuales no se pudo dar el socialismo como lo entendió Marx. De estas la más resaltante es su definición del “inconsciente social” como la “represión de la realidad interior”.

El inconsciente, refiere, es el verdadero reflejo de la realidad total, universal, del hombre. Lo que ocurre es que éste pasa a través de un “filtro social” dando como producto el consciente: la realidad total reducida a la realidad social. Los límites de esta realidad social son los que construyen límites como los de querer sólo lo que se pueda tener, la estructuración de un carácter social a partir de la relación entre las ideologías y la economía, la condición “maleable” del hombre, una “mutilación del hombre que deteriora su condición humana” que le impide ser un “hombre total”, la resistencia al cambio. De este modo se configura un hombre que trata de tener más cuando debería de buscar “ser más” en todos los aspectos de su vida.

Y es la “contradicción” existencial entre el consciente y el inconsciente la verdadera esencia del hombre. Esta le da al hombre un impulso de resolución de la misma, lo que debería ser la real idea de progreso del hombre. Y es esta la razón de ser del socialismo: “el socialismo –escribe- debe proporcionar al hombre el sistema de orientación y devoción que aquel necesita”.

***

Hablar de la y las teorías de Karl Marx hoy en día para muchos resulta retrogrado, necio. Sucede que "lo marxista" se ha comido por entero "lo marxiano". Es decir, todo el imaginario cultural acerca de Marx creado a lo largo de la historia ha dejado de lado, en buena medida, los textos en sí. Inclusive una vez subrayé una gran frase de Quino en Mafalda: "Qué tranquilidad reinaría en el mundo si Marx no hubiera tomado la sopa". Después de unos años discuto con ello y creo que la tranquilidad tendría alguna posibilidad si todos aquellos que suelen vincularse con él lo hicieran con esa "expresión precisa de tú vida real, acorde con el objeto de tú voluntad" que decía Marx, en Los Manuscritos de París, era el mejor modo de relacionarse con el hombre y la naturaleza. Las ideas del trabajo de recopilación de Erich Fromm en Humanismo Socialista continúan la enseñanza de una vinculación más sana y natural del hombre con el mundo.

miércoles, 20 de julio de 2011

Sobre la lectura (,) de Proust

Proust, primero, sobre cómo giran las cosas alrededor de uno cuando lee, sobre cómo pasa el tiempo entre lectura y lectura, sobre cómo la realidad estorba. Después, sobre cómo la lectura, haragán, te puede devolver la facultad de pensar y así, posiblemente, hacerte encontrar una de las amistades más puras donde "si pasamos la noche con ellos (los libros), es porque así lo deseamos". Donde se vibra con una "conclusión" del autor que para el lector no resulta más que una "iniciación", una idea como punto de partida para la búsqueda de una verdad que insistiremos buscándo en ese autor, en las siguientes páginas, en sus siguientes obras, porque queremos que él no las diga, porque confiamos que él sabrá decírnosla con las palabras adecuadas, pero no: "es en el momento en que nos han dicho todo lo que podían decirnos cuando hacen nacer en nosotros el sentimiento de que no nos han dicho nada aún". Proust sobre la lectura.

Proust sobre lo que en este blog de llama subrayar:

"Me gustaban por encima de todo dos o tres frases que se me presentaban como las más originales y bellas de la obra. No imaginaba que otro autor hubiera escrito alguna vez enunciados comparables. Pero tenía un sentimiento de que su belleza correspondía a una realidad de la que (él) no nos dejaba entrever más que un pequeño rincón, una o dos veces por libro. Y como yo pensaba que él la conocía seguramente por completo, hubiera querido leer otros libros suyos en los cuales todas las frases sean tan bellas como aquellas y tuvieran como objeto las cosas sobre las cuales yo hubiera deseado saber su opinión".

Proust sobre la lectura:

"La lectura nos hacía sentir la incomodidad de todo aquello, pero esta gimnasia intelectual grababa en nosotros un recuerdo tan dulce que, si se nos ocurre todavía hoy hojear los libros de antaño es simplemente como revisar esos únicos almanaques de días extinguidos, con la esperanza de ver reflejados en sus páginas las casas y los estanques que ya no existen".

"La lectura, en contraste con la conversación, consiste para cada uno de nosotros en recibir la comunicación de otro pensamiento, pero siempre en soledad, es decir, disfrutando de la potencia intelectual que uno tiene en la tranquilidad -y que la conversación disipa inmediatamente- continuando con el poder de las inspiración, permaneciendo en ese pleno y fecundo trabajo del espíritu sobre sí mismo".

"El supremo esfuerzo del escritor, como el del artista, no consigue más que levantar parcialmente el velo de la fealdad e insignificancia que nos deja sin curiosidad ante el universo".

sábado, 11 de junio de 2011

El peso de la Historia: el grito de Sándor Márai

Bronislaw Baczko escribe en Marx y la universalidad del hombre: "Sólo podemos pensar en la humanidad y en el género humano enfocádolos como un problema de nuestra incumbencia, de cual somos los únicos responsables, o de lo contrario no podríamos pensar en ellos. El deseo de rehuir esta responsabilidad, y la sensación de impotencia solitaria frente a ella, se oculta detrás de una tendencia del pensamiento, característica de nuestra época, que separa la vida cotidiana de la historia, al tiempo existencial del tiempo histórico".

Es decir, vivimos el día a día, nunca la historia. Vivimos como indíviduos pertenecientes y responsables de (máximo) un país, nunca de la humanidad. Lo macro no existe. Lo micro (concentrarse en uno) es más fácil.

¿Pero qué pasa cuando esa Historia se presenta, ineludiblemente, frente a uno, y empieza a atravesar el ser arrazando todo a su paso, desde las bibliotecas hasta la sociedad misma, amenazando la misma razón de la existencia? ¿Qué pasa si un escritor como Márai se encuentra en medio de la amenaza? Pues escribe. Escribe un grito de axulio como ¡Tierra, Tierra!

1944. Hungria es el patio de guerra entre los nazis y los bolcheviques. De los alemanes a los rusos no parece ser pues el mejor cambio. Pero es un cambio y la esperanza se posiciona en el mínimo espacio que le conceda la mera idea de una posibilidad. El sentido de la existencia -el límite de la obediencia, el espacio necesario para considerarse libre-, tras extraviarse por varios años bajo la ideología soviética, termina configurándose en el lenguaje. El lenguaje húngaro que le permite a Márai saber
que algo aún gira dentro de él y que no es movido por el régimen totalitario. Un lenguaje que acoge y le brinda un hogar. Pequeño, oscuro, con la amenaza de que en cualquier momento toquen a la puerta y todo se acabe, pero un hogar al fin.

Es una clase de historia con un testigo invitado a contar su testimonio. Y el invitado no ha olvidado nada. Al contrario, todo lo ha pensado mucho. Lo que cuenta aparece y se toca. Cada individuo, cada miedo y cada interregonte.

¡Tierra, Tierra! es el grito que abraza, con una desesperación jodidamente controlada, 441 páginas de reflexiones políticas, psicológicas, filosóficas e históricas. Diría incluso que el libro en sí, como objeto, contiene una carga existencial. Que el contenido le pesa. Porque el libro, como artefacto del hombre, puede que le resulte también demasiado "pensar en la humanidad y en el género humano enfocádolos como un problema de nuestra incumbencia".

Algunas cosas:

"Así son las guerras, siempre terribles, y las botas llenas de barro siempre acaban pisoteando los manuscritos de tierras extranjeras".

"El hambre es algo más poderoso que el mismo oro".

"La palabra escrita adquiere un significado mágico al principio de cualquier empresa humana primitiva. La palabra escrita fija algo que se presenta en el alma humana primitiva bajo la forma de un deseo poco definido, de una intuición mítica, y el mito fijado en palabras se convierte en Historia, en conciencia histórica, es decir, en una experiencia cargada de responsabilidades".

"En las situaciones de crisis vital la mano invisible del destino nos proporciona las lecturas necesarias; lecturas que de alguna manera, aunque no siempre directa, nos dan las respuestas a los problemas del momento".

"La ley de la conservación de energía es válida no solo en el terreno de la física, sino también en el marco del destino personal: nunca se destruirá por completo el fenómeno que construye y constituye la personalidad más allá de la mera realidad orgánica".

"Siempre son los poetas los que transforman los pastos en patria. (...) Sabían que la Literatura comienza con las palabras innecesarias. Y que la nación comienza con la Literatura".

"En los momentos cruciales de la vida privada y social siempre surge la misma y decisiva pregunta: ¿Odias lo mismo que yo odio, o bien eres indiferente y tolerante? Quien no lo ogra odiar bastante acabará siendo odiado".

"Con la tripa vacía no se puede cantar el himno nacional".

"Sobrevivir es, al fin y al cabo, un acto tan heroico como buscar la verdad hasta el agotamiento".

"El recuerdo de la juventud es también como el ensayo general de una singular tragicomedia".

"Los que avanzan juntos en el tiempo en una misma dirección, de alguna manera nunca se conocen. Un contemporáneo no tiene rostro histórico".

"El vástago inmundo del temor es siempre el pánico".

"Hay que resignarse a aceptar que la Historia es indigna de confianza y que es arbitraria, como todo lo hecho por el hombre".

"Escribir para la nada es un ejercicio similar al esfuerzo que, con la cara congestionada, realiza un mudo para hablar".

"El terror es peligroso porque tiene miedo".

domingo, 27 de marzo de 2011

Enriquecernos

"Enriquecernos no con las cosas que se guardan en los bolsillos, sino con las que nacen en el cerebro y se enraizan en el corazón".
(De texto leído en la celebración del Día Internacional del Teatro)

jueves, 24 de marzo de 2011

La palabra escrita según Márai

















"La palabra escrita adquiere un significado mágico al principio de cuaquier empresa humana primitiva. La palabra escrita fija algo que se presenta en el alma humana primitiva bajo la forma de un deseo poco definido, de una intuición mítica, y el mito fijado en palabras se convierte en Historia, en conciencia histórica, es decir, en una experiencia cargada de responsabilidades". (Sandor Márai)

viernes, 25 de febrero de 2011

De cómo la literatura sí nos ayuda con la realidad: de Misha Glenny a Roberto Bolaño

Uno acude muchas veces a la literatura buscando desconectarse de la realidad cotidiana, de los problemas, de los fantasmas. Lo que encuentra uno ahí es ese otro mundo donde, por más cosas que uno pueda llegar a vivir ahí, está a salvo. “Tal es la magia de los relatos –dice Paul Auster-: pueden transportarnos a las profundidades del infierno pero en realidad son inofensivos”. Eso no quiere decir que no nos diga algo de la realidad. Son también lo que no tenemos, diría MVLL, las carencias de la realidad.

Detrás ese cuento antes de dormir que muchos realizan, por ejemplo, puede que haya una idea de tratar de cumplir todo lo que no se ha podido cumplir en un día, de desconectarse con todo lo que se ha hecho, de calentar los motores que hacen funcionar a los sueños cuando uno duerme. La literatura como cura, salvación o desconexión. En la literatura, por más que para algunos sea cotidiana o no, encontramos un ambiente más, el cual está reservado para esos momentos en que se hace necesario.

El hecho:

Había retomado la lectura de El Crimen sin Fronteras de Misha Glenny, periodista de la BBC, donde desmenuza el mundo de las mafias a nivel internacional. En el libro cuenta cómo las mafias terminan posicionándose en los espacios sin ocupar por las políticas de los Estados y cómo son también el resultado de una serie de relaciones políticas, culturales y económicas. Al final, con el tiempo, se han convertido en el elemento clave que hace funcionar las dinámicas económicas de los países.

Entre muchos casos concretos, M. Glenny cuenta la historia de Ludmila Balbinova de Moldava. En las vacaciones del verano del año 2002, Ludmila viajaría por primera vez al extranjero, al Israel de playas soleadas. Una amiga que se encontraba en ese país le había realizado todos los trámites de manera rápida, cosa extraña para la burocracia que existía entre ambos países. Lo que no sabía Ludmila era que ese favor era en realidad la cuota de liberación de su amiga que había sido secuestrada por un grupo de la mafia rusa en Israel dedicado a la trata de personas. Si una quería salir tenía que conseguir dos o tres mujeres más. Ludmila era una de ellas. Una vez hecha la primera parte del viaje su amiga la embarcó, junto con 10 mujeres más, en un tren rumbo a Moscú donde al llegar y ser encerrada en una habitación supo que no tendría vacaciones. En el aeropuerto de Domodedovo perdió su última oportunidad. Un guardia en el control de pasaportes captó la situación. Le preguntó si realmente sabía a dónde se dirigía. La respiración de los matones que la rodeaban la abrazó y dijo que sí. “Fue como oír el portazo de la entrada de la cárcel a su espalda”. En El Cairo estuvieron tres días. Cuando las entregaron a traficantes beduinos una de ellas intentó escapar. Le dispararon en las rodillas y la dejaron morir en medio de la nada. Una patrulla apareció, pero antes que llegara ya las habían hecho trepar a una camioneta a punta de balazos en el suelo. “Cuando llegó a Tel Aviv, Ludmila había pasado por las manos de moldavos, ucranianos, rusos, egipcios, beduinos, judíos rusos e israelís indígenas. (…) Pero su pesadilla no había hecho más que empezar”. Vivía encerrada de seis de la mañana hasta las cinco y media de la tarde. En las noches trabajaba 12 horas, atendía a veces hasta veinte clientes. “Se trata de un eufemismo: Ludmila era violada veinte veces cada noche”.

Ludmila intentó escapar dos veces. La primera vez un sargento de guardia, cliente del burdel donde la hacían trabajar, la delató. En la segunda, de la comisaría la llevaron al centro de detención por ser ilegal. En Israel como en muchos países no es el cliente sino la víctima a quien se considera delincuente.

Así de fuerte. Una historia dura con personas duras en los dos lados de la mesa, no solamente los mafiosos, sino también las personas que consumen esos servicios. Un sistema validado no solo por la oferta sino también por la demanda.

"Manadas de hombres de distintas razas, edades, y clases sociales entraban y salían de los prostíbulos. Sus rostros indicaban que habían aplacado cualquier remordimiento que pudieran haber sentido jamás acerca de la contratación de estos servicios”.

En fín, no era lo más propicio para leer antes de dormir.

Ante impotencias como las que generan estas historias no queda mucho más para eliminarlas que tocar otras cuerdas sensibles de uno. Cogí un libro de Bolaño, una compilación de sus cuentos. Me tocaba la segunda parte, Putas Asesinas. Siendo un título tan explicito para ese momento no pensé en una relación directa con la historia de Ludmila que acababa de leer. De repente mis ojos lo vieron, mi mente lo leyó, pero no necesariamente yo lo capté. Ese inconsciente perverso de uno decidió por el territorio ya conocido. Leí El Ojo Silva.

Ahora que releí el cuento para escribir esto me percaté de la advertencia que había ya desde el inicio: “el Ojo siempre intentó escapar de la violencia aun a riesgo de ser considerado un cobarde, pero de la violencia, de la verdadera violencia, no se puede escapar”. El Ojo Silva, Mauricio Silva, un chileno en México perteneciente al círculo de exiliados del Chile de Allende. Es homosexual y es fotógrafo. Antes de irse a Francia a trabajar para una agencia de fotógrafos de París le confiesa alguna de estas cosas a X, el narrador de la historia. Los años pasan pero X siempre conserva en su memoria la imagen del Ojo de una manera particular: “una forma de acercarse, de estar, una forma de opinar desde cierta distancia y desde cierta tristeza nada enfática”. Viaja a Paris, lo busca sin mayores esfuerzos y no lo encuentra. Años después es el Ojo quien lo encuentra a X en Berlín. Ambos conversan y el Ojo tiene algo que contar.

Años atrás el Ojo tuvo que realizar un trabajo fotográfico para un escritor francés sin nombre. El que no se mencione su nombre y el que se trate de un escritor que trabaja en un libro sobre las distintas zonas rojas en varios países, me llevó a pensar en Misha Glenny que, contrario a la historia, es inglés. El nombre de la ciudad tampoco se menciona, lo que le permite a uno situarse en la ciudad que desee. Saliendo de la lectura anterior de Glenny, y topándome con descripciones similares, inevitablemente me situé otra vez en el ambiente que había descrito de Tel Aviv. Estaba yo, como lector, ahí otra vez. El Ojo tuvo que recorrer los lugares mencionados en el trabajo del escritor. Fotografías de burdeles para ilustrar la obra. Él iba, sonreía, tomaba fotos. Cuando sus guías se dan cuenta que no le para bola a las mujeres lo llevan a un prostíbulo de homosexuales. Nada tampoco. Creyeron que el Ojo era más friki y lo llevaron a otro establecimiento con un altar o un oratorio. Ahí solo hay niños. Niños pobres. Niños que se ofrecen a una divinidad cuyo nombre también queda en el olvido. “Trato de olvidar, dijo”. A los niños los castran antes de hacerlos parte de un ritual que consiste en gran cantidad de obsequios y comida. Después del ritual son devueltos a sus comunidades que los rechazan por la vergüenza. La prostitución es uno de los pocos caminos que les ponen por delante. “Escuchó las explicaciones del médico o del barbero o del sacerdote, unas explicaciones prolijas en las que se mencionaba la tradición, las fiestas populares, el privilegio, la comunión, la embriaguez y la santidad”. M. Glenny en su reportaje ya había adelantado una explicación más certera: “la codicia material que apuntala la globalización, según la cual el dinero puede satisfacer todos los caprichos y deseos”. Ese es el nombre de la divinidad. El Ojo dice: “en mi interior lo único que hacía era maquinar. No un plan, no una forma vaga de justicia, sino una voluntad”. Al final termina huyendo con dos niños que iban a ser castrados. En un pueblo alejado los cuida, los educa, los protege. El final del cuento no es importante en este caso. Salvo decir que cuando el Ojo termina de contarle todo esto a X, llora, llora sin parar.

El cuento de Bolaño, con la falta de referencias de ciertos lugares que hace crucial esta relación, me llevó a posicionarme en la misma lectura anterior, la de M. Glenny de la cual huía. Lla historia era la misma por que el ambiente era el mismo, por que las personas pasaban por lo mismo, porque tenían los mismos fantasmas encima. Lo que era distinto era un hecho: el hecho de que el Ojo Silva, un personaje de ficción, entraba y rescataba a dos niños del ambiente real en el que Ludmila Balbinova había vivido también, y del que M. Glenny, como periodista, solo podía rescatar la historia y contarla.

Lo que te permite la ficción en este caso, con la literatura y la ficción simbolizadas en el Ojo, es actuar sobre la realidad. No necesariamente en el acto real concreto pero sí en el formato de las historias. Te permite actuar sobre ella, “transformarla” como diría MVLL, transformar la realidad para embellecerla o empeorarla. “No se escriben novelas (ficción) para contar la vida sino para transformarla, añadiéndole algo”. Lo que se añade: la voluntad del Ojo. La cura, la salvación.

El hecho termina siendo un hecho borgiano: el cruce de dos historias en las que primero uno conoce una realidad atroz que lo hace a uno huir a la literatura. Pero no, no lo borra, la literatura termina creando un personaje (el Ojo) que se introduce en esa realidad actuando directamente sobre ella al punto que rescata dos niños de la atrocidad.

La metáfora es que el Ojo Silva es la literatura que nos salva nosotros (y a Ludmila) que somos esos dos niños que forman parte de una realidad en crisis. La voluntad del Ojo es el deber que le concedemos a la literatura: salvar, salvarnos. Ante una impotencia en la realidad de no poder poner nuestras manos sobre la realidad palpable para cambiarla, la literatura, quizá no logra hacer lo que haría el contacto palpable con esta, pero sí nos hace creer en otras posibilidades para lo común. M. Glenny nos involucra, Bolaño nos salva. Con la veracidad del periodismo se puede contar cosas, pero en la verosimilitud de la ficción todavía queda la esperanza de la salvación, de un rescate, de que alguien nos venga a ayudar. Eso es pues la literatura.

El encontrar la salvación en un texto de ficción y no en un reportaje periodístico es algo que nos debe hacer pensar.

Como dice Bolaño al inicio del cuento: “El caso del Ojo es paradigmático y ejemplar y tal vez no sea ocioso volver a recordarlo”. No se equivoca. En la relación entre estos textos hay algo -“una forma de opinar desde cierta distancia y desde cierta tristeza nada enfática”- que nos dice mucho acerca de la realidad y la ficción.

lunes, 21 de febrero de 2011

El periodista según los referentes de Arcadi Espada

















"Un periodista es un hombre solo, sometido con frecuencia -y con los hechos calientes todavía- a la presión de interpretar la historia cuando la historia aún no se ha decidido". (Charo Gonzales) '¿Qué va a pasar?' le preguntan cada día al periodista. 'Lo que está pasando' es la única respuesta". (Arcadi Espada)

miércoles, 2 de febrero de 2011

El año del periodismo a secas: reflexiones para subsistir

La publicación que sacó a finales del año pasado el portal Clases de Periodismo, Reflexiones sobre periodismo: lo que dejó 2010 y lo que se viene en 2011, es como una pausa necesaria a la velocidad de esa bola inmensa en la que se ha convertido el periodismo hoy en día.
Es difícil sentir en el día a día la cantidad y profundidad de los cambios que van ocurriendo alrededor nuestro en lo que a información se refiere. En buena medida porque tan solo podemos abrir una cuenta, la nuestra, sin tener idea alguna de las otras miles que se abren a la vez. Un día fue el correo electrónico, después el chat, el messenger, el facebook, el twitter, hasta que en un momento (que probablemente ya es pasado también) fue Wikileaks. Entre estos íconos de la evolución informática hay una cantidad inmensa más de herramientas, sofwares, plataformas, etc. Por ende hay también nuevas modalidades de interacción con la información que vamos adoptando poco a poco. Poco a poco hasta que crean revoluciones, y ya no solo informáticas.

El final del 2010 con Wikileaks y el inicio del 2011 con las revueltas en el mundo árabe son la convulsión de un proceso de transformación que ha venido dándose explícitamente, pero borrosamente también tras la cotidianidad.

El 2010 tomó aún más velocidad, tanta que, como señala Critina F. Pereda, resulta casi imposible predecir de qué hablaremos dentro de doce meses. Tanta que ahora son los profesionales los que tienen que alcanzar a los lectores en cuanto a desarrollo y habilidades.

En el centro de esta evolución el periodista ha estado y está sudando frente a una pantalla buscando la forma de adaptarse y, a la vez, seguir contribuyendo al cambio constante.

12 periodistas de distintas nacionalidades se detuvieron a pensar cuál es el terreno que ha dejado el 2010 y cómo sería la mejor manera de caminar sobre él en el 2011.

Si bien en la mayoría de textos es el desarrollo tecnológico el eje de la reflexión, todos coinciden en que, además de la adaptación y la hiperespecialización, es la recuperación de los valores tradicionales del periodismo, del periodismo a secas, lo que definirá la subsitencia de unos y la desaparición otros.

Mención especial requiere el artículo México Desangrado de Rocio Gallegos. La realidad del periodismo en México asotada por la criminalidad del narcotráfico es otra cosa. Así hable de periodismo y de las circunstancias en las cuáles tienen que TRATAR de trabajar, es un texto con otro peso, de impotencia, terror y llanto escrito. Mientras las predicciones de los otros textos fluyen, acá tan solo podemos encontrar una gota de desesperanza: "aún es difícil saber qué es lo que vendrá en adelante, pero creo, por la experiencia, que nada bueno".

Del lado de la esperanza periodística, sobresalen las reflexiones de Javier F. Barrera, Cristina F. Pereda, Marco Sifuentes y Mario Tascón, que se erigen algunos casi como manifiestos para enfrentar un año más de cambios y revoluciones.

"El 2011 es la hora del periodismo.
Del periodismo a secas.
Del periodismo y punto
". (Javier Barrera)

Algunas cosas:

"Tenemos todo el 2011 para seguir avanzando... O empezar a entender lo que ya está ocurriendo y que seguro se tuiteó". (Esther Vargas, El periodismo que queremos)

"Si los medios del cuarto y quinto poder trabajáramos en equipo podríamos haver mejor periodismo, un proceso que requiere que entendamos y asumamos que el ecosistema de medios cambió". (Renata Cabrales, ¡Gracias Wikileaks!)

"Internet no ha sido ni el problema ni tampoco la solución para el periodismo. Como tampoco lo ha sido para la medicina, la educación o la democracia. Internet no es el futuro porque ya ha sido el presente durante al menos los últimos cinco años. Otra cosa es que muchos medios y no pocos periodistas hayan optado por prescindir de esta herramienta". (Javier Barrera, La 'Tormenta Perfecta' hace mutar al preiodismo para devolverlo a sus orígenes)

"Han cambiado las herramientas. Han cambiando las costumbres de periodistas y lectores. Ha cambiado la tecnología. Ha cambiado el contexto. Y las velocidades, hábitos e intereses. Pero la esencia de los medios sigue siendo el periodismo y ninguna de las novedades impide que siga siendo así". (Cristina Pereda, Ya no hay vuelta atrás)

"Tal vez nos hemos confiado demasiado en las tecnologías de la información cuando las destrezas que tenemos que recuperar posiblemente sean intelectuales y narrativas". (José Luis Orihuela, El periodismo tiene futuro, pero no cualquier periodismo)

"Podemos hablar de sociedad al cuadrado o de cualquiera de los términos que titulan este apartado y lo que implica es, sobre todo, la de una diversificación enorme de las 'formas de estar juntos'". (Dolors Reig, 2011, Internet iba en serio)

"La identificación de los usuarios a través de sus identidades digitales utilizadas para Facebook, Google o Twitter se está convirtiendo en moneda común y resulta cada vez más habitual. Hemos pasado de lo anónimo a la ciudadanía virtual". (Mario Tascón, Tendencias en el periodismo para 2011)

sábado, 22 de enero de 2011

Un Duro Despertar: algo se pudre en Lima

Un Duro Despertar (Hormigas editores, 2008) es, en principio, una imagen de Lima. Después es una novela negra. La Lima es la de los restos de una sociedad tras la dictadura fuijimontesinista: un Estado carcomido por la corrupción y una ciudadanía infectada con la cultura chicha. Todos están a la venta de manera implícita. También Fabio, un tipo al que el trabajo le estorba y hace taxi en el carro de su padre. Su rutina se rompe cuando, por dinero para pagar un cupo como taxista a los policías de la zona, decide tomar la misión de buscar a Zoe, la asesina y ex pareja del hijo de quien le paga el trabajo. Así pasan a ser las piezas de juego del padre de Zoe y el comandante Barrios que se muerden uno al otro por ascender a la dirección antinarcóticos de la policía. También se convierten en los personajes del gran reality show de la prensa chicha, donde los comandantes publicitan sus acciones para ser conocidos. Y también son el desenlace de una serie de relaciones ocultas establecidas por la venganza, el dinero, el deseo y la perversión de una sociedad que, como señala el mismo Aldo Pancorbo en una entrevista, busca “hacer de esta autodestrucción algo llamativo”. Algo se pudre en Lima.

Con una narración sin presunciones, propia del realismo sucio, Pancorbo construye un ambiente limeño preciso en el tiempo: el de los grifos Mobil, el de las primeras canciones de reggaetón que incomodan en un inicio a los salseros, el de All that things she said de Tatoo y las antiguas pathfinder de la policía. En los espacios también: las escenas transcurren en chifas, combis, discotecas, callejones, fiestas y otros escenarios creados con cada elemento casi surrealista que suele caracterizarlos (flores de plastico, stickers de combi, puertas sin manijas, colores y aromas). Pancorbo peca sí en un exceso de citas de canciones que si bien ayudan a terminar de construir una atmosfera que tal vez la parquedad narrativa del realismo sucio dificulta, llega, repito, a ser excesiva.

La estructura del thriller es respetada en todo momento. Las palabras, por más que siempre tengan una revelación o una intención de los personajes detrás, siempre guardan algo. Pero esa estructuración juega una mala pasada, sobre en todo en Zoe, que termina encasillada en un prototipo bastante notorio de la clásica femme fatale de las novelas negras americanas que no la deja llegar a acriollarse como los demás personajes.

Un Duro Despertar, a pesar de que cuenta una historia que hasta hoy la podríamos leer en la primera plana de varios diarios, sube la cotidianidad sucia y perversa de Lima al nivel de la literatura, haciendo así de lo perverso un buen momento.

No hay frases que subrayar. En ese caso, el libro de Pancorbo es una frase sin presunciones, clara, intensa y que nos dice algo también de la lucha entre el deseo y el temor.

miércoles, 19 de enero de 2011

Death Metal: "imágenes de una agonía prolongada"

En toda generación existen los que toman caminos trazados y los que trazan los suyos o por lo menos lo intentan. Estos, los que se construyen realmente (sean lo que sean), construyen sus personalidades con sus propios cimientos: discos de música, lecturas, manías familiares, recuerdos imborrables, búsquedas particulares... Lo que resulta de esto, en Death Metal (Estruendomudo 2010) es algo oscuro y denso; al principio extraño, pero al final normal, comprensible y real: personas absorbidas por sus propios dormitorios, mutiladas por sus pasiones, que buscan ser grandes con pequeños atracos, que buscan conexiones mágicas a través del Necronomicón de Lovecraft o la sangre de mono, que esperan su muerte en la barra de un bar o, también, que terminan contruyendo sin saber un camino igual al que tenían trazado.

Hay otros que tratan de juntar las pieza, de saber cómo se dio la tortura generacional, de saber cómo se hizo pedazos la cabeza direccional que es una sociedad en conjunto o "una trama oscura de la que todos somos partes".

Ellos, los personajes de Bisama (Chile 1975), son "las imágenes de una agonía prolongada" de los niveles profundos y oscuros desde Valparaíso a Santiago. Personajes separados por los puntos finales de los relatos, pero que se cruzan continuamente, en frases cortas, claras y concisas que cogen una alta velocidad, en las calles de una ciudad enferma que se llama Death Metal, una ciudad en la que viven tantos. Y que, queramos o no, creamos o no, todos pisamos de vez en cuando.

Algunas cosas: "...la ciudad está viva: respira como un animal de muchas cabezas y garras y corazones y pulmones y pelos. la ciudad es un reptil enfermo que me transmite las imágenes de su agonía prolongada. y lo que yo hago es vudú para sanarla".

"...le pedía que le hiciera el amor para poner su mente en otra cosa, como si el deseo fuera (...) una mano que la sostenía en la oscuridad de la habitación y la garraba fuerte para que no fuera a salir corriendo rumbo a ninguna parte. (...) El amor y el deseo son formas de la mutilación, a veces".

"...la senda más honesta o terrible de todas: el camino de la piel".

"...me pidió que le dajara a solas con los segundos que le quedaban. Era lo único que tenía. La arena negra de los segundos".

"el futuro y el pasado son viscosos, imágenes de horror, los pedazos de una canción que se desarma".

"Me tatué una legión de demonios. Me tatué detalladamente el mapa que tendrá la tierra una vez que todo se acabe, de que todo se
vaya a negro, de que el cielo se convierta en electricidad y granizo negro".

martes, 18 de enero de 2011

Una de las sangres de Lima según Bryce Echenique

18/01/11 476 Aniversario de Lima
"...y de los barrios residenciales y las barriadas y el casco histórico totalmente tugurizado y repleto de ambulantes y asaltantes y de cholos de mierda andinos y costeños y feos, enanos, enclenques, desnutridos y peruanitos, después, y chicha hoy con todo aquello englobado en sector informal y salvase quien pueda.

Que es cuando empiezan a salvarse los peruanitos enclenques y feos y retacos y desnutridos y caen en el olvido los odrias y los prados y se ahogan en los belaundes y velascos y los morales y los alanes garcia y naufragan también las izquierdas unidas y desunida y los partidos tradicionales y los clanes inmortales y resulta que el cholo de mierda deviene en cholo a secas, elige un presidente japonés con racismo y a una santa que no tiene su documentación en regla en el Vaticano ni en Lima ni en el pueblo de su humilde cuna emigrante campo-ciudad, pero que carajo importa eso, oiga usted señor obispo, que tampoco yo tengo mi documentación al día y soy mas informal que aquí mi concubina y no conozco a mi padre, que apenas si conoció a mi madre, y por eso Sarita Colonia es chola y bien santa, oiga usted, y es la primera empleada domestica que entra al cielo por la puerta grande y no diga usted lo contrario, señor obispo, porque ya sabe usted que cuando Dios dice NO, Sarita Colonia dice TAL VEZ, y mucho respeto le tengo a usted, si, señor obispo pero no nos venga otra ves a los de la barriada de lagrimas con lo del valle empapado no con eso de que, encima de todos los microbuses que tengo que tomar al día, para que Sarita Colonia obre el milagro de conseguirme un con que vivir, el día en que mi fe encuentre trabajo, no, no me venga, oiga usted señor obispo, con que las vírgenes que lloran por todo Lima, menos en los barrios residenciales, donde solo lloran los ricos, porque los ricos también lloran, según la televisión, no, no me venga con que encima de todo, carajo, esas madres de Jesucristo están llorando porque somos pecadores y tenemos crimen y castigo, señor obispo, francamente creo que ya se le paso a usted la mano de católica a sádica, monseñor, porque esas vírgenes lo que están es bien muertitas de ver como sufrimos, que hambre tengo, virgencita, y como habiendo fiebre porcina y teniendo yo doce hijos naturales, naturalmente, y un cerdito, pues no, no lo mato, no, señor obispo, ni aunque me mate a mis hijos lo voy a matar yo a mi chanchito, señor obispo, y no me venga usted carajo con que soy un ignorante, que yo lo que sé es un millón de cosas de la vida que la razón no entiende, monseñor, ni se las imagina ni se las sueña, siquiera, cosas como que mas hijos si puedo tener pero de donde voy a sacar yo plata para comprar otro cerdo si mato a este porque esta enfermito y Sarita Colonia todavía no me lo puede curar…

… y el Perú entero ya es un inmenso TAL VES de Sarita Colonia y un millón de vírgenes que lloran novedosamente por nosotros y no por culpa de nosotros en esta Lima chola…"
(Alfredo Bryce Echenique - No me esperen en Abril)

viernes, 14 de enero de 2011

Wikipedia 10

"El ideal del ciudadano informado se desmorona, sencillamente porque el conocimiento desborda con creces a cualquier individuo. El ideal de la ciudadanía vigilante depende del desarrollo de nuevas destrezas cooperativas y de una nueva ética de la distribución del conocimiento compartido que nos permita deliberar juntos". (Henry Jenkins)