domingo, 20 de diciembre de 2009

Fiestas vitales

Hace algún tiempo, cuando se venía Faith No More, pensé en colgar esto y hace unos días conversando con un amigo me percaté que nunca lo hice.

Nunca es tarde dicen. Aún así hay cosas fuera de lugar. No importa.
A lo que voy. En 1991 FNM fue invitado al Festival de Viña del Mar. Lo que ocurrió fue que una sociedad vió lo que no "debían" o querían ver. Alberto Fuguet ha escrito varios artículos acerca de esto. Lo primero que leí fue en Primeta Parte, la primera compilación de sus textos periodísticos. "Mike Patton salvó el verano" comienza. Y es que MP no solo le tiró agua al familiar público de Viña, sino que no dudó en cogerle el culo a quien pudo. El choque fue tal que no faltó algún medio que puso en primera plana "Please, no more".

Hace unos meses, con la segunda llegada de FNM a Chile, AF en su página Apuntes Autistas volvió a tocar el tema, esta vez con La Teoría Patton. Subrayo esto:

"Eso es, básicamente, “la teoría” o, como dicen algunos, el mito. Para muchos fans, y analistas de la cultura pop local, esa noche en Viña algo sucedió y algo se quebró. Lo que se trizó fue el Festival “a lo Pinochet”, una semana de música empaquetada para “toda la familia”. Faith No More no es para toda la familia; y Mike Patton, ni su voz, ni su forma de ver el mundo es para las madres que, en ese momento, no querían tener hijos como Patton, el cual terminó alienando a la platea, dedicándole su tema más hardcore a Myriam Hernández y vistiéndose como un escolar en ácido. El público presente quedó asqueado y huyó; la prensa reaccionó con furia; la oposición insistía que “esto es el arte de la Concertación”, mientras que miles de jóvenes criados en dictadura veían que, por fin, algo nuevo “sucedía en democracia” (ese festival fue el primero de la transición)."



Me hace recordar a la vez que -por razones x-varios tíos míos se encontraban viendo los MTV Video Music Award Latinoamerica. Unas tías, que rato antes habían comentado los pliegues del vestido de Dido -uno rojo bastante elegante, recuerdo-, se quedaron espantadas cuando The Mars Volta desató todo su enrredo musical en el escenario. Cedric Bixler-Zabala, el cantante de la banda, gritó cuanto pudo en el escenario lanzando el micrófono de un lado a otro a lo The Whoo. Cuando esto le aburrió un poco no dudó en meterse entre el público sentado. Se trepaba donde podía y sacaba a todos de sus asientos. Ante esto, mi tía soltó la pregunta a la que ya estaba acostumbrado en situaciones como esas: ¡Qué hace! ¡Qué barbaridad! ¡¿No estará drogado!?

Me hicieron bajar el volumen, me preguntaron si yo escuchaba esa música, me preguntarón si eso era música.

David Elitch, el baterista, no paró de darle a la batería en ningún momento. Cedric fue un poco más allá y le quitó a un pelado sus lentes de sol que, claro, no se los puso más que en la boca. ¡Dios! ¡¿Cuanto le habrán costado sus lentes al pobre señor¡? soltó una vez más una tía.



Sea porque son de otra generación, o de otra clase, o de otro lo que sea; esos choques frontales que se ocasionan en ciscunstancias como estas son intensos. Es como si un niño entendiera eso del sexo viendo a sus padres en el baño de una fiesta de cumpleaños de un amiguito. Duro, directo, instenso, claro. Así se presentan las otras realidades del mundo. Las causas y consecuencias del encierro (la sociedad chilena de inicios de los 90's, mi tías, la gente espantada) y el escape (simplemente otra forma, no establecida y dictada, de ser). Como escribe AF en Recuperando la fe: "una gran fiesta vital que celebra lo bueno dentro de todo lo malo".

1 comentario:

  1. hay que dejar en claro que la canciòn que le dedico a Myriam Hernàndez fue con esta introducciòn; "esta canciòn se la dedico a Myriam Hernàmdez, Mi amooor!!", ya que a Patton le gusto Myriam a quien habia visto en el Hotel, y ese año fue cuando Myriam era un fenomeno que vendia cuadruple de platino y en todos lados se escuchaban sus canciones "el hombre que yo amo" y "ay amor"... saludos!

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