jueves, 8 de enero de 2009

The King - James Marsh

Antes que nada, una advertencia. Todo ese asunto de Cable Mágico Digital es un peligro para todos aquellos que buscan dejar el sedentarismo, ahora que es verano y la vida es capaz de reducirse a tres actividades únicas (cada uno elige las suyas). Por lo menos ahora que todas las facilidades se reducen a unos cuantos canales, todos de películas, y en muchos casos, siendo bastante alentador, de cine. Una esperanza que renace para todos aquellos que arrastraron una con Cinemax. Alberto Fuguet dijo que el matrimonio es como el cable, lleno de posibilidades que luego no se cumplen. Ahora hay nuevas posibilidades de ver tele, de que el amor se vuelva a sentir sobre los sofás de la sala. Aun así, cruzar los dedos no está de más.

Probablemente lo que digo esté reforzado por The King, la tercera película que veo en esos canales en tres días consecutivos. Dirigida y escrita por James Marsh, TK es una historia de creencias y reglas. Luego de amor y venganza.

Elvis (Gael García Bernal) es un marine recién graduado que va en busca de su padre, un líder de la iglesia baptista casado y con hijos dispuesto a olvidar su pasado. Paul (Paul Dano), el hijo, está metido igual de fuerte con lo de la iglesia, pero con sus propias formas, una especie de rock religioso que, aún con las mismas convicciones, es un destructor de normas y buscador de identidad. Paul conoce primero a Malerie (Pell James, una actriz más de las cuales uno se enamora en el camino), la hija, un romance en principio y una puerta a la venganza, luego.

Una película que engancha por sus giros, por sus continuas opciones. Como esos libros en los que uno elige la página y cambia la historia. Solo que acá todo ya está dicho. Todas las opciones son distintas pero la elección siempre es la misma.

Un encontrón de formas de pensar. No de ideas, sino de formas. Una lucha entre la clonación y la aceptación de las diferencias.

Por eso Paul, cuando su padre lo presenta ante todo el auditorio como un chico súper dotado de inteligencia porque acaba de ser aceptado en la universidad y lleva consigo la fe correcta, él toma la guitarra y trata de hacer lo suyo.

"Aunque no venga de la palabra de Dios,
lo entenderán."

Y ahí está todo. Acaba de romper las reglas. Desaparece la diferencia entre mensaje y mensajero. Se expone la diferencia dentro de la igualdad, la distinta forma que pueden tomar las cosas dentro del mismo embase. Un mensaje vital, un resumen de lo que es rock, literatura, arte y pasiones. Expresarse, hacerse entender, venga de quien venga, seamos quienes seamos.

Amor o venganza, o algo así.

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