miércoles, 20 de julio de 2011

Sobre la lectura (,) de Proust

Proust, primero, sobre cómo giran las cosas alrededor de uno cuando lee, sobre cómo pasa el tiempo entre lectura y lectura, sobre cómo la realidad estorba. Después, sobre cómo la lectura, haragán, te puede devolver la facultad de pensar y así, posiblemente, hacerte encontrar una de las amistades más puras donde "si pasamos la noche con ellos (los libros), es porque así lo deseamos". Donde se vibra con una "conclusión" del autor que para el lector no resulta más que una "iniciación", una idea como punto de partida para la búsqueda de una verdad que insistiremos buscándo en ese autor, en las siguientes páginas, en sus siguientes obras, porque queremos que él no las diga, porque confiamos que él sabrá decírnosla con las palabras adecuadas, pero no: "es en el momento en que nos han dicho todo lo que podían decirnos cuando hacen nacer en nosotros el sentimiento de que no nos han dicho nada aún". Proust sobre la lectura.

Proust sobre lo que en este blog de llama subrayar:

"Me gustaban por encima de todo dos o tres frases que se me presentaban como las más originales y bellas de la obra. No imaginaba que otro autor hubiera escrito alguna vez enunciados comparables. Pero tenía un sentimiento de que su belleza correspondía a una realidad de la que (él) no nos dejaba entrever más que un pequeño rincón, una o dos veces por libro. Y como yo pensaba que él la conocía seguramente por completo, hubiera querido leer otros libros suyos en los cuales todas las frases sean tan bellas como aquellas y tuvieran como objeto las cosas sobre las cuales yo hubiera deseado saber su opinión".

Proust sobre la lectura:

"La lectura nos hacía sentir la incomodidad de todo aquello, pero esta gimnasia intelectual grababa en nosotros un recuerdo tan dulce que, si se nos ocurre todavía hoy hojear los libros de antaño es simplemente como revisar esos únicos almanaques de días extinguidos, con la esperanza de ver reflejados en sus páginas las casas y los estanques que ya no existen".

"La lectura, en contraste con la conversación, consiste para cada uno de nosotros en recibir la comunicación de otro pensamiento, pero siempre en soledad, es decir, disfrutando de la potencia intelectual que uno tiene en la tranquilidad -y que la conversación disipa inmediatamente- continuando con el poder de las inspiración, permaneciendo en ese pleno y fecundo trabajo del espíritu sobre sí mismo".

"El supremo esfuerzo del escritor, como el del artista, no consigue más que levantar parcialmente el velo de la fealdad e insignificancia que nos deja sin curiosidad ante el universo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario